CALL OF CTHULHU: DARK CORNERS OF THE EARTH

Plataformas: PC, Xbox

Versión recomendada: PC

Año en que salió: 2006

Puedes conseguirlo en: Steam 

Extras: Traducción al español del Clan Dlan


El titulo que nos ocupa en esta ocasión es un juego relativamente reciente. Es de 2006, demasiado antiguo para ser considerado actual pero demasiado nuevo para ser considerado clásico. Hablamos de Call of Cthulhu: Dark Corners of the Earth; un juego que cumple los tres requisitos para estar en este blog: tener unos cuantos años a sus espaldas, haber pasado desapercibido y atesorar una enorme calidad. Es por ello que sin más dilación ni introducciones innecesarias vamos a proceder a analizar en profundidad este titulo y argumentar así por qué os recomendamos encarecidamente que dediquéis parte de vuestro tiempo a él.


Lo primero que siempre analizamos es el argumento, y en el caso que nos ocupa hablamos de uno de los puntos más fuertes del juego si no el que más. El videojuego se basa en la obra de Lovecraft, en los mitos de Cthulhu, concretamente en el relato La Sombra sobre Innsmouth. No voy a entrar ahora a hablaros de la obra de este maestro de la literatura de terror, si no lo conocéis buscad información por la red. En lo que respecta al juego, como digo toma ese relato en concreto como base, pero solo como base pues el argumento del juego es distinto. En el juego tomamos el control del detective privado Jack Walters. Walters ha sufrido un severo caso de amnesia durante seis años tras un suceso que se narra en el prólogo y que podéis ver en el vídeo que hemos realizado con este análisis.
Un día recibe un caso, encontrar a un muchacho desaparecido en la localidad pesquera de Innsmouth. Esta localidad es hostil hacia los extraños y los vecinos de pueblos cercanos cuentan extrañas historias sobre el lugar, como que nunca se ven ancianos en el pueblo o que pese a la poca pesca y el escaso comercio Innsmouth parece ser muy prospera. Nuestra labor será ir allí y encontrar al muchacho pero las cosas se torcerán y nos veremos obligado a luchar por nuestra vida y nuestra cordura a medida que vayamos descubriendo los terribles secretos que oculta Innsmouth y nuestro pasado. Secretos que tienen que ver con seres para los que el ser humano no es más que una mota de polvo en el universo.
Me veo imposibilitado a contar más porque el argumento es sumamente interesante y está excelentemente narrado. Éste está lleno de giros y sorpresas argumentales, momentos aterradores y descubrimientos que nos dejarán con la boca abierta en más de un momento. De hecho será el argumento lo que nos impulsará a seguir avanzando, a querer saber más de lo que pasa pese a los malos momentos que nos hará pasar. Dark Corners of the Earth es en este sentido y desde mi punto de vista el mejor videojuego jamás realizado sobre la obra de Lovecraft, más que Alone in the Dark, Dark Comet, Prisoner of Ice, etc. El juego consigue captar con una profunda maestría todo lo que hace grande a la literatura lovecraftiana y te pone a ti, jugador, como protagonista de una de esas historias. La ambientación conseguida resulta tan sublime que uno no puede evitar sentir que no es más que la marioneta de fuerzas más poderosas. Todo esto me lleva a hablaros de la jugabilidad.

Encasillar jugablemente a Dark Corners of the Earth en uno de los géneros del videojuego establecidos es imposible pues contiene elementos de aventura, de FPS, de survival horror o de sigilo. El juego se juega desde una vista en primera persona en la que podemos ver nuestra arma, como cualquier FPS, por ejemplo Halo o Call of Duty, pero esa es toda la similitud que tiene con un FPS. Avanzar no consiste en pegar tiros a diestro y siniestro, de hecho no veremos un arma hasta casi la mitad de la aventura. Los primeros compases del juego y lo que más predomina es la investigación y la resolución de puzles como en una aventura o en un survival horror. Para que la inmersión sea mayor el juego carece de interfaz o HUD, la única manera de ver nuestra salud o nuestras balas es entrando en el inventario, nuevamente como en un survival horror. Pero no temáis el juego tiene una representación visual del daño que recibimos, así podemos llegar a cojear o apuntar terriblemente mal en caso de que tengamos herido el brazo por ejemplo.
Durante los primeros compases de la aventura el juego nos obligará a huir de los enemigos y a intentar pasar desapercibidos utilizando para ello las sombras y un modo sigilo especial que hace que Walters contenga la respiración. Evita que seamos facilmente detectados pero reduce considerablemente nuestra libertad de movimiento.  De hecho es esta variedad de situaciones y géneros lo que hace que el juego no pierda intensidad ni se vuelva tedioso, pese a que los puzles son los claros protagonistas siempre estará pasando algo diferente, por ejemplo controlar el cañón de un barco, entrar sigilosamente en un almacén, huir de pueblerinos enfurecidos o ser testigos del horror en una refinería. El juego pues otorga momentos de tensión, de acción, de puro terror o de investigación calmada.
El juego además incluye un primitivo sistema de cordura o salud mental, que, sin ser tan elaborado y brillante como lo era el de Eternal Darkness, cumple con su función de manera que cuando vemos monstruos cósmicos o escenas dantescas la pantalla se vuelve borrosa y una exposición demasiado prolongada a esas visiones puede hacer que termine la partida en algún momento.
Dicho esto he de advertir que no se trata de un juego fácil, es un desafío que sin ser imposible os pondrá a prueba, especialmente si se compara con los juegos más actuales cuya dificultad es sensiblemente menor. Dark Corners of the Earth os retará a llegar al final y en más de una ocasión os quedaréis atascados, pero con tesón y constancia no dudo en que podréis avanzar. No es imposible, pero tampoco es un paseo por el campo.

¿Y qué hay de los gráficos? Pues resulta curioso que este titulo, que estaba pensado para salir en 2001, acabase saliendo en 2006, y que en ese momento uno de sus puntos flojos fuese el apartado gráfico, poco sorprendente para una época en la que estaba llegando al mercado Xbox 360 o en la que juegos como Doom 3 o Quake 4, con un apartado gráfico muy impresionante entonces ya llevarán al menos uno o dos años en las tiendas. Pero el tiempo pasa para todos y los gráficos, algo tan importante en la época de lanzamiento, acaba siendo casi irrelevante con los años. Dicho esto podemos decir que Dark Corners tiene un gran apartado gráfico, sobre todo para lo que estamos acostumbrados a ver en estas páginas; pero lo más importante es que ese apartado gráfico no es bueno por poner pantalla trabajadísimas explosiones o increíbles ciclos de noche/día, sino que está muy bien porque está totalmente supeditado a la ambientación. Por ejemplo queda genial el filtro de grano en escenas de video o conversaciones como si viésemos una película antigua y que se adecua estupendamente a transmitirnos una sensación real de que estamos en 1922. El juego tiene una paleta de colores donde predominan los marrones y realmente ayuda a crear ese ambiente de principios de siglo. El trabajo de diseño es perfecto y tanto las armas, los escenarios, los ropajes de la gente o las criaturas todo responde a la idea de hacernos sentir protagonistas de la obra de Lovecraft y, en ese sentido, lo consigue. Y, a fin de cuentas, eso es lo que nos importa, pues no buscamos texturas de otro mundo o efectos de infarto. Gráficamente el juego luce, no bonito, sino sucio y antiguo.

La banda sonora está claro que no es sobresaliente. No me entendáis mal, no digo con ello que sea mala, pero para mi sobresaliente significa que puedo escucharla independientemente del juego en mi reproductor o que me potencia las sensaciones que me hace sentir un juego. Aquí solo cumple, las melodías son algo discretas, están ahí en determinadas ocasiones pero pasan desapercibidas. Tal vez sea porque el juego no se vale tanto de la música para ambientar como de efectos sonoros. Por ejemplo no serán raras las ocasiones que al entrar en un lugar lo que oigamos como hilo de fondo no sea música sino voces ininteligibles o susurros. Muy muy bajito pero ahí estarán. Como si lo que intentará el juego no fuese tanto generarte un miedo sino más bien jugar con tus sentidos, hacer que dudes de ellos y de tu cordura. Al llegar a Innsmouth por ejemplo esto pasará y tal vez si tenéis buen oído seáis capaces de percibirlo en el vídeo que adjuntamos.  Las voces en ese aspecto si son notables y algunas como las de los pueblerinos tendrán hasta su acento o su pronunciación de analfabetos. Por cierto más vale que no os desagrade la voz del protagonista porque la vais a estar escuchando muchísimo.

Dicho todo esto tendría que mencionar algún punto negativo ¿no? Aunque no son abundantes si son puntos negativos gordos. Un punto negativo menor y de fácil solución es el hecho de que el juego está completamente en inglés. Para los que no lo dominen, malo. Por fortuna un grupo de aficionados, Clan Dlan, se encargaron de hacer una traducción y así disfrutar de todos los textos en español. Punto negativo solucionado. El otro punto negativo y quizá el más gordo es que el juego tiene algún bug muy, y perdón por el lenguaje, hijo de puta. Por lo que he leído en la red hay más de uno y son como una lotería, pueden tocarte o no. Yo solo he sido testigo de uno, la desaparición de un grupo de cultistas que debía matar con un cañón. Al no aparecer no sabía a dónde disparar y era casi imposible completar esa parte. Mi consejo: guarda siempre varias partidas alternativamente, si te surge un bug cabrón que no puedas solucionar vuelve a un punto más atrás para intentar que no te toque esa vez.

Y hasta aquí el análisis, os dejamos con el vídeo y la sincera recomendación de que os hagáis con el juego, más aún si sois seguidores o amantes de la obra de Lovecraft pues en ese caso gozaréis de una experiencia aún más divertida. Si no conocéis la obra este puede ser un excelente punto de partida para introducirse en este aterrador universo. Sea cual sea vuestro caso echad un vistazo a este juego, lo merece.