lunes, 27 de febrero de 2017

CARMAGEDDON: MAX DAMAGE

EL REGRESO DEL JUEGO DE COCHES MÁS VIOLENTO



Plataformas: PC, PlayStation 4, Xbox One

Plataforma en la que se analiza: PC

Año de lanzamiento: 2016

Desarrollador: Stainless Games Ltd.

Disponible en: Steam

Extras: Ninguno

Desde que hace algunos años se iniciase el furor por las financiaciones colectivas o crowdfundings, han sido muchos los juegos ya olvidados por el paso del tiempo que han renacido, bien mediante secuelas espirituales, bien mediante nuevas entregas de dichas franquicias, que ahora podían ver la luz debido al apoyo que proporcionaban los aficionados. Entre toda esa vorágine de títulos, no resultó extraño que los desarrolladores originales se lanzasen a la piscina, y tras haber recuperado los derechos, apostasen por intentar que viese la luz una nueva entrega de la serie Carmageddon. Aunque lo lograron, el resultado final estuvo lejos de ser lo esperado. Podían haberlo dejado ahí, con un juego moderno que empañaba el legado de los originales, pero en su lugar decidieron pulir y mejorar su trabajo, para darnos lo que los fans habíamos esperado. Así nació, Carmageddon: Max Damage.



APARTADO AUDIOVISUAL

En contra de lo que solemos hacer habitualmente, pasamos a detallar qué nos ha parecido la parte visual del juego, dada su total ausencia de cualquier tipo de narrativa. Es precisamente este uno de los apartados más flojos en su versión Reincarnation, y que más cambios ha sufrido en Max Damage.
Hay que destacar además, que este nuevo Carmageddon, busca ser un remake del primer juego, de ahí que el diseño artístico de ambos sea tan semejante, o igual. 

En lo que viene siendo una constante, como cualquier otro juego realizado mediante un crowdfunding, los gráficos están lejos de ser lo mejor que pueden ofrecer los sistemas de juego modernos. No, este nuevo Carmageddon está alejado de ser un título puntero, pero si es lo bastante vistoso como para que tampoco resulte un juego muy desfasado. 
De todo este motor 3D, lo que se lleva la palma son los vehículos. A fin de cuentas son los protagonistas de la acción, y por ello son los que mayor carga gráfica llevan, y mejor diseño tienen. Además, el motor permite que se deformen en tiempo real y que pierdan todo tipo de piezas y componentes según sufren impactos. En este sentido, es digno de ver el proceso de regeneración que se produce cuando reparamos nuestro vehículo, y cada pieza perdida regresa a su lugar.

Pero no es oro todo lo que reluce, y aunque los vehículos están trabajados, los peatones no lo están tanto. Hay una mayor variedad que en anteriores juegos, y al igual que los coches, se ven afectados por el motor de físicas. El problema reside en que sus muertes no son tan variadas como en Carmageddon 2. Mientras que en aquel juego podíamos esperar lo imprevisible cuando atropellábamos a algún transeúnte, aquí las reacciones de sus cuerpos suelen ser las mismas, y en contadas ocasiones sufrirán mutilaciones u otras cruentas heridas que si se vieron en la segunda parte, con un motor gráfico más primitivo.
Los circuitos por su parte están bien, gráficamente cumplen y tienen un diseño soberbio. También de vez en cuando es un gustazo ver algún cartel publicitario o secreto repartido por aquí y por allá para los que los exploren en profundidad.

Lo que mejor podemos decir del apartado visual de Carmageddon: Max Damage es que no hace del juego algo injugable. Parece una tontería, pero fue la principal lacra de Carmageddon: Reincarnation, que con el mismo motor gráfico, y tras una gran cantidad de parches, resultó imposible que se moviese con fluidez, pese a cumplir con los requisitos sobradamente. Que en esta entrega se haya solucionado, y que los que tuviéramos el anterior, lo recibiésemos gratis, fue un buen gesto por parte de Stainless.

En lo sonoro, al igual que en lo visual, el juego sigue la estela de la primera parte, en su intento por revivirla. De ahí que la banda sonora esté realizada de forma parecida a la del Carmageddon original, y no a la de su secuela. Sigue siendo rock duro con algo de electrónica, pero olvidaros de escuchar aquí a Iron Maiden.
En los efectos de sonido, nos hemos encontrado la grata sorpresa de que el narrador es el mismo que el de los años noventa, y muchos efectos de sonido de los coches y otros elementos se han actualizado para una calidad mayor, pero siguen siendo los de antaño. En definitiva, Carmageddon: Max Damage, suena como debería sonar un Carmageddon.

JUGABILIDAD

Carmageddon: Max Damage, como ya hemos mencionado, es la versión mejorada de Reincarnation, que a su vez es un remake del juego original aparecido allá por 1997. Se trata pues, de un título que recupera la jugabilidad clásica de la serie, y de ahí que nuevamente nos encontremos con una serie de carreras de coches en las que podemos vencer completando todas las vueltas, exterminando a todos los peatones o aniquilando a todos los rivales. 
La esencia jugable es la misma, y si te gustaron los anteriores, resulta difícil no saber sacarle el jugo a éste. Básicamente desde que te pones a los mandos de tu vehículo y empiezan a avanzar las horas de partida, es imposible no sentir una sensación de nostalgia, reviviendo en el proceso divertidas sesiones de juego de juventud a esta locura de saga. Si jugaste al original claro. Si llegas de nuevas, tan solo te lo pasarás bien, a no ser que tengas muchos escrúpulos. 

Esta nueva entrega, sin embargo, no se conforma solo con repetir lo ya visto, también expande la experiencia con algunas novedades nunca antes vistas. Después de todo en el original todas las carreras eran iguales, así que en Stainless se propusieron cambiar eso. 
Aunque seguramente pensando más en el multijugador, que en el modo Carrera, en Carmageddon: Max Damage se han introducido nuevas modalidades de carrera. Aparte del Classic Carma que todos conocemos, ahora hay eventos en los que solo podemos ganar terminando el primero al completar una serie de vueltas, eliminando a un número determinado de peatones, siendo solo válidos los que marca el narrador, o incluso siendo el primero en hacer estallar un número específico de coches. Si, lo sé, esto son variaciones del tipo de carrera principal, al que se le han introducido algunas variables que lo hacen más divertido, como la posibilidad de robarles puntos a los contrincantes acabando con ellos (aunque luego vuelven a competir, tras recuperarse); pero también hay alguna modalidad más novedosa, como la caza del zorro, en la que uno de los participantes es azul y debe agotar una serie de minutos huyendo del resto, si le tocan, el que le ha cogido pasa a ser el zorro. Gana el primero en reducir su contador de minutos a cero.  
En definitiva, todo esto son añadidos que se agradecen y que le dan un poco más de salsa y diversión a un juego cuya base jugable ya era muy divertida de base.

Por desgracia, también ha habido cosas que no nos han terminado de convencer. La más importante, ha sido su excesivo enfoque hacia el modo de juego en línea. Aunque se trata de una forma de disfrutar de Carmageddon: Max Damage que es un gozo, hay algunas decisiones que se han tomado que para nosotros han perjudicado la experiencia clásica. Hablamos de la fragilidad de nuestro coche, y al mismo tiempo su inmortalidad. Nos explicamos.
Para nuestro gusto, a medida que avanza el modo Carrera, resulta frustrante lo poco que aguanta nuestro vehículo. Pese a aplicarles todas las mejoras pertinentes, es como si fuera de mantequilla; bastan uno o dos golpes para que seamos destruidos. Al mismo tiempo, esto no supone nuestro fin, ya que lo que antaño nos hubiera hecho volver a la pantalla de inicio, ahora se arregla pulsando a la tecla de reparaciones. En un santiamén volvemos a estar en carrera, llegando a la conclusión de que somos inmortales, y que el único modo de no ganar una carrera, es no superar los objetivos. 
Podemos entender que esto suceda en multijugador, dónde nadie quiere verse eliminado de una carrera muy rápido, o en las otras modalidades de juego, dónde ni siquiera los contrincantes son destruidos permanentemente, pero que suceda en el modo clásico, empaña la experiencia, ya que es imposible perder, y lo único que esto logra es que las carreras más avanzadas sean, a veces, devoradoras de créditos, por tanta reparación. 

CONCLUSIONES

Carmageddon: Max Damage es un satisfactorio regreso de la saga, a la que ya dábamos por perdida hacía muchos años. Por fortuna, la invención de una nueva vía de financiación como han sido los crowdfunding, ha permitido el resurgir de juegos como éste. Aunque está un poco por debajo de los originales, a nuestro juicio, sigue siendo muy superior a TDR 2000, un error que fallaba en una enorme cantidad de apartados. Carmageddon, en PC, ha vuelto como se le pedía, sabiendo satisfacer a sus fans, en una franquicia como ésta, que nunca ha cosechado un gran éxito de crítica o el favor de las masas, esos es muy importante. 

CARMAGEDDON: REINCARNATION

A lo largo de la presente recomendación hemos estado haciendo mención a este título. Aunque seguramente ya lo sabéis, o lo habéis intuido, vamos a explicar en detalle, qué es. 
Cuando Stainless Games recuperó la licencia y puso en marcha su campaña de Kickstarter, el juego que quería financiar no era Carmageddon: Max Damage, sino Carmageddon: Reincarnation. La campaña fue un éxito, y tras un tiempo, Carmageddon: Reincarnation acabó aterrizando en el Acceso Anticipado de Steam. Si bien el rendimiento de aquellas primeras versiones del juego eran altamente inestables, se veía el potencial del juego.
El tiempo avanzó, el juego lanzó su versión final...y seguía funcionando de pena. Stainless lanzó una gran cantidad de parches, pero aunque mejoraron la situación, parecía haber un problema de base y nunca se conseguía un rendimiento estable y eficiente, independientemente del equipo. 
Finalmente, Stainless anunció Carmageddon: Max Damage, una nueva versión del juego con más coches, eventos, y lo más importante, que funciona perfectamente. Para todos aquellos poseedores de Reincarnation, sería gratis. Y así viendo que el juego cumplía, y funcionaba, hemos decidido recomendarlo.

¿SABÍAS QUÉ...?

  • Carmageddon: Reincarnation reunió un total de 625.413 $ durante su campaña de financiación colectiva gracias a 15.736 mecenas. Necesitaba alcanzar los 400.000 $ para tener éxito en su campaña.
  • Desde la campaña electoral americana, Carmageddon: Max Damage tiene un modo de juego oficial que cambia a los peatones por Donald Trump o Hillary Clinton


Y el mes que viene...Star Wars Jedi Knight II: Jedi Outcast

1 comentario:

  1. La verdad es que comparados con los anteriores los gráficos de los coches son estupendos, y se agradece que tras el tropezón de la anterior entrega hayan vuelto un poco a los orígenes. Cierto en que el diseño de los transeúntes y del entorno podría ser mejor, pero creo que Max Damage repara bastante los defectos de su predecesora. En cuanto pueda, lo cazo y seguro que será tan acojonantemente divertido como el primero.

    Y ganazas de leer el análisis del Jedi Outcast, los Jedi Knight siempre fueron una debilidad.

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